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Foto del escritorLaura Castillo

¿Cómo podemos analizar una obra por sus colores?

¿Alguna vez te ha sorprendido que un académico o crítico de arte hable sobre la calidez de los colores de un cuadro? ¿O los sentimientos que el artista quiso representar con su paleta? ¿Por qué el almendro en flor de Van Gogh te pone melancólico y contento al mismo tiempo si es una simple pieza de la naturaleza? ¿Cómo logran los grandes maestros del óleo hacer tonos de piel tan perfectos?


Goethe formuló una teoría del color en 1810, y es un campo que se estudia ampliamente en la academia y científicamente. Para empezar por lo simple, sabemos que contamos con tres colores primarios: rojo, azul y amarillo. Cuando los mezclas entre

ellos surgen los secundarios (rojo + amarillo = naranja, rojo + azul = violeta, azul + amarillo = verde) y los colores terciarios, que son la unión de los primarios con los secundarios (por ejemplo rojo + violeta: rojo violáceo): esto nos construye un círculo cromático

Colores complementarios

Los colores que se encuentran en una posición opuesta en el círculo se llaman colores complementarios y estos son muy relevantes en la pintura, pues cuando juntas dos colores complementarios se refuerzan mutuamente.

Pensemos en La Danza, de Henri Matisse, su paleta se compone de naranja, azul y verde. Y en El Grito de Edvard Munch, con una paleta similar: naranja, azul, café y negro.


Izquierda: Henri Matisse, La danza, 1910.

Derecha: Edvard Munch, El grito, 1893.


Como se puede observar, el naranja de los cuerpos de los danzantes resalta gracias al fondo del color primario azul brillante que está detrás. El naranja no anula el azul ni viceversa, son colores muy fuertes y potentes por sí solos y cohabitan en la pintura para fortalecerse mutuamente. Lo mismo pasa en el cielo de El grito, a pesar de ser el elemento del fondo, resalta gracias a este juego de colores complementarios y enaltece la figura principal (del hombre que grita).


Podemos hacer este mismo análisis en pintura aún más figurativa y naturalista; pasemos a La Fornarina de Rafael Sanzio, pintada durante el renacimiento, cumple con el checklist de las más grandes obras de arte.

Se puede analizar bajo distintas ópticas, si nos enfocamos en la paleta, podemos ver que Rafael, aparte de su magnífica técnica en la piel de su amante, usa una variante de rojo para la tela con la cual se cubre las piernas y usa varios tonos de amarillo verdoso en el tocado. El uso de estos colores en los elementos superior e inferior del cuadro, permiten balancearlo y enaltecer la figura completa de la mujer, sin que la tela o el tocado pasen a segundo plano.








Rafael Sanzio, La fornarina, 1518-1520.


Temperatura del color

Distingamos ahora los colores cálidos de los fríos. Los colores cálidos son los que se encuentran del lado de los rojos y amarillos en el círculo cromático, mientras que los fríos se componen principalmente por azul. Esta distinción va a ser una herramienta muy útil para los artistas a la hora de transmitir emociones, mensajes y otras cosas en sus pinturas. Mientras que los colores cálidos expresan emociones pasionales, calidez y un arraigo a la tierra, los colores fríos transmiten melancolía, vacío, distancia, tristeza y lo etéreo.


Observemos este cuadro prerrafaelista de John Everett Millais, Ofelia. Su paleta (los colores que usa en la obra) se compone principalmente de verdes, en los arbustos, pasto y naturaleza, y azules, en el vestido de Ofelia y en un tono mucho más oscuro en el agua del río.

La paleta fría coincide con el mensaje de la obra, Ofelia, personaje de Hamlet, se acaba de enterar de que su amado ya no la ama y decide morir por él. La melancolía, la pesadez del agua y la tristeza que emite son muy bien logrados gracias al juego de colores usado.


John Everett Millais, Ofelia, 1852.


En el caso de Almendro en flor, Van Gogh usa una paleta mayoritariamente fría pero incluye detalles amarillos en los centros de las flores así como en las ramas del árbol. Este pequeño detalle hace un balance en el cuadro abstrayéndole la calidad triste a la naturaleza y dándole una chispa de calidez. La pintura fue realizada para conmemorar el nacimiento del hijo de Theo, su hermano, por lo que simboliza el florecimiento de una nueva vida, tanto para Theo como para el mismo Van Gogh después de su estancia en el sanatorio de Saint-Rémy.

Vincent Van Gogh, Almendro en flor, 1890.


Así, tenemos ahora herramientas para analizar una pintura desde su materialidad, y para traducirlo a un campo simbólico en cuanto a la intención del artista.

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