Al igual que el resto de las industrias en la economía global, el mercado del arte sufrió una dura contracción en 2020 con el cierre de galerías, la cancelación de ferias y residencias artísticas, y la postergación de subastas programadas. En 2020 el mercado fue valuado en $50 miles de millones de dólares, una contracción de aproximadamente $14 mil miles de millones con respecto al año anterior.
En el año subsecuente y gracias a la adaptación de los diferentes canales de venta a través del surgimiento de las subastas a distancia, los online viewing rooms, y la paulatina reapertura y activación de galerías y ferias, el mercado se ha recuperado y aunque las cifras finales para 2021 aún no están disponibles, se sospecha que existe la posibilidad de que el mercado rompa el techo de valor de $70 mil miles de millones al que se ha acercado en otros años antes de caer en los ajustes cíclicos.
Imagen: Colección NFT de Bored Ape Yacht Club
Si bien el mercado parece haber experimentado una recuperación que podría subsanar las pérdidas del 2020, son diversos los factores que determinarán si el crecimiento es sostenible o un evento favorecedor del contexto; la liberación de una oferta creativa que había sido resguardada por la pandemia y su adquisición como activo de inversión, el surgimiento y expansión del mercado de los NFTs, y la elección de muchos coleccionistas de compra de artistas no Blue chip, es decir que no están aún completamente establecidos.
Hacia marzo de este año que se liberan los análisis del mercado, será interesante ver el porcentaje de crecimiento del sector y las tendencias de los fenómenos que lo impulsan
¿Y en México?
A nivel nacional, el sector también vivió ajustes. En 2020 en México, el sector cultural contribuyó con 2.9% al PIB nacional, a pesar de que actividades como artes escénicas, música y conciertos o artes visuales experimentaran una disminución anual.
Los medios audiovisuales constituyeron el rubro de mayor producción, aportando 37.8% del total de la producción cultural en ese año. Los datos son congruentes considerando que el confinamiento limitó la oferta y el acceso a actividades presenciales como son los espectáculos, conciertos y puestas en escena. Mientras que en 2019 este rubro aportaba 5.6% al PIB cultural, en 2020 aportó 3.8%.
Imagen: Medici TV
Un rubro con un crecimiento interesante es el de Formación y difusión cultural en instituciones educativas. Mientras que en 2019 aportó 4.7%, en 2020 su contribución aumentó discretamente a 5.4%. Este crecimiento podría deberse al aumento de recursos educativos digitales y a la transición de mucha de la oferta de aprendizaje al mundo virtual.
Este aumento impacta directamente en la accesibilidad de la cultura, al facilitar los medios para su aprendizaje, la población cuenta con más canales de contacto y formación artística y cultural, lo que en el largo plazo podría impactar también en la producción directa de bienes culturales, favoreciendo un potencial aumento de la producción total y de su contribución al PIB nacional.
La educación cultural toma aquí el rol de primer escalón hacia el crecimiento económico del sector y parece que gracias a la adaptabilidad de los agentes culturales, el primer paso está dado. Será relevante monitorear el avance de este rubro en los próximos años y su impacto en el gran total.
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